Esta cuarentena te pone mucho a pensar, muchísimo. Estamos tan acostumbrados a ser libres, a tenerlo todo, que se nos olvidó querer en el momento. Ahora que estamos encerrados en casa, lejos de lo familiar, de los placeres, nos damos cuenta de lo que realmente importa. No te dabas cuenta de lo realmente bien que vivías, que podías abrazar a tus amigos, a tu familia, a un hermano, pero no lo hacías. Que podías salir y ver la naturaleza y cuidarla, porque es nuestro oxigeno, pero no lo cuidabas y tan fácil que es hacerlo. Se nos olvidó querer y valorar a los que nos rodean, porque era tan fácil perderse en la rutina, en las horas del reloj, cada tic toc nos alejaba de lo auténtico. Estábamos tan ocupados de ser libres, que se nos olvidó lo dichosos que ya éramos y lo perdimos en un instante.